Un equipo del MIT desarrolla etiquetas impresas en 3D para clasificar y almacenar datos en objetos físicos.
En lugar de los códigos de barras estándar adheridos a los productos, estas discretas etiquetas están incrustadas dentro del interior de los objetos fabricados con impresoras 3D estándar.
El concepto, llamado InfraredTags, surgió mediante una colaboración con colegas en el Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT y un científico investigador en Facebook.
La idea, al principio, era un poco abstracta para Dogan, un estudiante de doctorado de cuarto año en el Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática del MIT. Pero su pensamiento se solidificó a finales de 2020 cuando se enteró de un nuevo modelo de teléfono inteligente con una cámara que utiliza el rango infrarrojo (IR) del espectro electromagnético que el ojo humano no puede percibir. Además, la luz IR tiene la capacidad única de ver a través de ciertos materiales que son opacos a la luz visible. A Dogan se le ocurrió que esta característica, en particular, podría ser útil.
El año pasado, Dogan pasó un par de meses tratando de encontrar una variedad adecuada de plástico que pudiera atravesar la luz infrarroja. Tendría que venir en forma de bobina de filamento diseñada específicamente para impresoras 3D. Después de una extensa búsqueda, se encontró con filamentos de plástico personalizados fabricados por una pequeña empresa alemana que parecían prometedores. Luego usó un espectrofotómetro en un laboratorio de ciencia de materiales del MIT para analizar una muestra, donde descubrió que era opaca a la luz visible pero transparente o translúcida a la luz IR, justo las propiedades que estaba buscando.
El siguiente paso fue experimentar con técnicas para hacer etiquetas en una impresora. Una opción era producir el código tallando pequeños espacios de aire (representantes de ceros y unos) en una capa de plástico. Otra opción, suponiendo que una impresora disponible pueda manejarlo, sería usar dos tipos de plástico, uno que transmita luz IR y el otro, sobre el cual está inscrito el código, que sea opaco. El enfoque de material dual es preferible, cuando sea posible, porque puede proporcionar un contraste más claro y, por lo tanto, podría leerse más fácilmente con una cámara IR.
Las etiquetas en sí podrían consistir en códigos de barras familiares, que presentan información en un formato lineal unidimensional. Las opciones bidimensionales, como los códigos QR cuadrados (comúnmente utilizados, por ejemplo, en las etiquetas de devolución) y los llamados marcadores ArUco (fiduciales), pueden incluir potencialmente más información en la misma área. El equipo del MIT ha desarrollado una «interfaz de usuario» de software que especifica exactamente cómo debe verse la etiqueta y dónde debe aparecer dentro de un objeto en particular. De hecho, se pueden colocar varias etiquetas en el mismo objeto, lo que facilita el acceso a la información en caso de que se obstruyan las vistas desde ciertos ángulos.
Más información en https://news.mit.edu/2022/invisible-labels-identify-track-objects-0128
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